Análisis de suelo
Realizar un análisis de suelo antes de la siembra es esencial para conocer la disponibilidad de nutrientes en el terreno y determinar las necesidades específicas de fertilización del sorgo blanco.
Nutrientes clave: El análisis debe incluir los niveles de nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K), así como otros nutrientes importantes como calcio (Ca), magnesio (Mg), azufre (S) y micronutrientes como zinc (Zn) y hierro (Fe).
Fertilización a fondo
Importancia del fósforo (P): El fósforo es esencial para el desarrollo de las raíces, la formación de flores y semillas, y la resistencia a enfermedades. En la fertilización de fondo, se busca asegurar un suministro adecuado de fósforo durante las primeras etapas del cultivo, cuando el sistema radicular aún está en desarrollo.
Importancia del potasio (K): El potasio es importante para el crecimiento de los tallos, la fotosíntesis, la regulación del agua en la planta y la resistencia a enfermedades. Al
igual que el fósforo, el potasio se aplica en la fertilización de fondo para asegurar su disponibilidad durante todo el ciclo del cultivo.
Formas de aplicación: El fósforo y el potasio se pueden aplicar en forma de fertilizantes granulados, líquidos o foliares. La elección de la forma dependerá de las condiciones del suelo, el equipo disponible y las preferencias del agricultor.
Dosis: Las dosis de fósforo y potasio varían según los resultados del análisis de suelo y las recomendaciones técnicas. En general, se recomienda aplicar de 40 a 80 kg de P2O5 y de 40 a 60 kg de K2O por hectárea.
Fertilización nitrogenada:
Importancia del nitrógeno (N): El nitrógeno es el nutriente más importante para el crecimiento vegetativo del sorgo blanco, es decir, para el desarrollo de hojas, tallos y raíces. También es esencial para la formación de proteínas y clorofila.
Aplicaciones fraccionadas: Para evitar pérdidas de nitrógeno por lixiviación o volatilización, se recomienda aplicar el nitrógeno en varias dosis fraccionadas a lo largo del ciclo del cultivo.
Momentos de aplicación
Primera aplicación: A la siembra o poco después (2-3 semanas), para promover el crecimiento inicial de las plantas.
Segunda aplicación: En la etapa de amacolla miento (4-6 semanas después de la siembra), para estimular el crecimiento vegetativo y la formación de tallos.
Tercera aplicación (opcional): En la etapa de floración (8-10 semanas después de la siembra), para favorecer el llenado de los granos y aumentar el rendimiento.
Dosis: Las dosis de nitrógeno varían según el tipo de suelo, la variedad de sorgo, las condiciones climáticas y el sistema de cultivo. En general, se recomienda aplicar de 120 a 180 kg de N por hectárea, divididos en varias aplicaciones.
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